En una nueva sección voy a intentar recopilar una serie de artículos y trabajos publicados con anterioridad a la existencia del blog, y que en algunos casos se han ido perdiendo o disgregando por internet. Aunque muchas veces se puedan salir del espíritu de este trabajo en cuanto al Armamento Reglamentario, no dejan de ser interesantes pues nos pueden ayudar a comprender el proceso evolutivo del mismo. (n.A)
Mandobles, Montantes y Estoques
(Publicado para los foros de la Asociación Española de Esgrima Antigua. 2004)
"El
término “Mandoble”, como su propio nombre indica, “Mano doble”, designa de
forma genérica, un tipo de espada la cual debido principalmente a su diseño y
dimensiones, precisa para su uso de las dos manos. De igual manera, al hecho de
golpear con la espada usando para ello ambas manos, recibe también el nombre
“Mandoble”. Es por tanto, que podemos distinguir dos significados distintos del
mismo vocablo, uno en lo referente a la morfología del arma en sí, y otro en
cuanto a su forma de uso.
Refiriéndonos
al primero, que es el que realmente nos interesa en el presente estudio, vamos
a definir con la voz “Mandoble”, toda aquella espada, que debido a sus
características morfológicas tales como dimensiones ó diseño, van a conceptuar,
un estilo de esgrima, en el cual el uso de ambas manos será indispensable.
Esta
tipología de espada, va a su vez a agrupar a otras subcategorías que a su vez
englobarán todas aquellas espadas o espadones de dos manos independientemente
de su datación cronológica, diseño o forma de uso. Para centrarnos en el
término genérico que nos ocupa, colocaremos el punto de origen de dicha
tipología hacia la primera mitad del siglo XIV. Atendiendo a tales fechas,
(1300-1350), vamos a encontrarnos con una serie de características afines a la
data, como es el caso de las guarniciones de arriaz recto, con los gavilanes en
ocasiones ligeramente curvados hacia la hoja, así como el pomo generalmente de
forma discoidal.
Este
tipo de guarniciones, suelen presentar, una hoja de cierta longitud,
normalmente por encima de los 90 cm, llegando en algunos ejemplares hasta los
110 cm. Estas hojas, dotadas de dos filos, y evolucionadas de tipologías
anteriores en función del desarrollo paralelo del armamento defensivo,
presentan en determinadas ocasiones algún vaceo o canal central en los dos
primeros tercios de su longitud, y van a precisar, -como ya hemos dicho- de
grandes empuñaduras para su afianzamiento con ambas manos, así como de grandes
pomos que aporten equilibrio al conjunto.
Su
peso total, es importante por supuesto, pero nunca debemos olvidar que son
espadas y por tanto sujetas a una funcionalidad específica. Son muy raras las
muestras que llegan a los 2,5 Kg. de peso. (esta tipología de espadas, se
podría englobar perfectamente en los denominados tipo: XIIa, XIIIa, según la
clasificación del profesor E. Oakeshott, y aparecen mencionadas como “Grandes
Espadas de Guerra”, ó “Espadas Alemanas” debido principalmente a la notable
presencia en los grupos escultóricos pertenecientes a tumbas alemanas de
mediados del siglo XIV).
La
función primordial de estas espadas es el golpe de corte, con lo cual ambos
filos se prolongarán hasta el talón no precisando –en principio- ninguna
protección auxiliar por delante de la cruz, -protección, que aparecerá no
obstante en un corto periodo de tiempo, con motivo de la evolución hacia una
esgrima mixta, en la cual el uso conjunto de corte y punta, prevalecerá sobre
la anterior-.
La
evolución lógica del armamento defensivo, -arneses de placas- va a influir
notoriamente en las formas de nuestra espada. La necesidad de atravesar dichas
protecciones provocará que los filos pierdan progresivamente su paralelismo,
-característica de la tipología anterior- formando en este caso, una aguda
punta destinada para tal fin. La sección variará también ganando en grosor
–secciones romboidales- con la lógica pérdida de los vaceos, como consecuencia
de las nuevas exigencias de ataque de punta. Estas circunstancias propiciarán a
su vez una cierta pérdida en la longitud de las hojas, -unos 90 cm. aprox.- o
en su defecto volviéndose más estrechas, evitando de esta manera el peso
excesivo de las mismas, aunque las empuñaduras mantendrán durante algún tiempo
más, su característica de doble mano, sobre todo en las hojas de mayor
longitud. (Tipo XVa en la clasificación del Profesor Oakeshott).
Todos
estos cambios que se sucederán a lo largo del siglo XIV, van a conformar la
morfología de otras subcategorías que irán apareciendo como consecuencia del
proceso evolutivo del armamento defensivo, por citar algunas, y al hilo de lo
anterior, tenemos una rama de dicha evolución que culminará en los estoques del
siglo XV, en los cuales, de forma progresiva a la disminución de la longitud de
las hojas, -entre 70 y 80 cm.- se producirá también la disminución de la
longitud de las empuñaduras, hasta prácticamente perder su calificación de
“mano dobles”. (Tipo XV en la clasificación del Profesor Oakeshott)
En
otra de las ramas evolutivas podemos citar las denominadas “espadas bastardas”
de mano y media, que tienen sus máximos exponentes durante la segunda mitad del
siglo XIV, y principios del XV. Esta nueva tipología acepta varias morfologías
en cuanto a su hoja se refiere, encontrándonos ejemplares del tipo XVa –citado
anteriormente- así como otras provistas de fuertes hojas ocasionalmente
acanaladas en su mitad fuerte, y dotadas de filos convergentes, pudiendo ser
usadas indistintamente como armas de corte ó de punta, (Tipos XVIa y XVII en la
clasificación del Profesor Oakeshott), a la vez que presentan una empuñadura
que aún siendo un poco más corta que las anteriores, permite no obstante su
doble empuñadura.
El
término “Bastarda”, con que se designa esta tipología, se aplica ya los siglos
XV y XVI, y aparece bien documentado en un tratado del siglo XVII de Marc de
Vulson “Vray Theatre d´Honneur”, el cual haciendo referencia a un duelo en
1549, Enrique II de Francia menciona “Deux epées bâtardes, puovant servir à une
main ou à deux”
Todas
estas espadas, -enclavadas aún en un contexto medieval-, se encuentran ligadas
de forma coherente al espíritu caballeresco que reinará en la Europa desde la
alta Edad Media, son por tanto el armamento indiscutible del caballero, para
ser usadas tanto a caballo como a pié. Este concepto en sí, no implica que se
trate de un arma exclusivamente de Caballería, -y esto es muy importante
comprenderlo- ya que eran ceñidas por el caballero, en virtud de su posición
social y estatus nobiliario, al igual que el resto de las armas de su panoplia
armamentística, incluida su montura, -el conjunto denominado “lanza”-. Creemos
por lo tanto que es más correcto hablar del armamento de un determinado
estamento social, más que el de un arma determinada del ejército, tales como la
Caballería, o la Infantería, -independientemente de que la tropa también se
equipase con espadas en un momento posterior, como complemento de su propia
panoplia-.
En
otro orden de cosas, y siguiendo nuestro repaso al proceso evolutivo del que
hablábamos anteriormente, nos encontramos con otra de sus ramas, la cual va a
originar una tipología de Mandoble muy peculiar, heredero en cierta medida de
las formas de sus antecesores, pero con ciertas características muy concretas
que van a determinar, tanto su forma de uso, como de su usuario, nos referimos
como no al Montante.
El
origen del Montante vamos a situarlo cronológicamente, hacia el último tercio
del siglo XV, como evolución de algunas de las tipologías anteriores que
determinarán una gran espada, cuya longitud de hoja supera fácilmente los 120
cm. Y para uso exclusivo del soldado de a pie. Esta tipología tendrá sus máximos
exponentes durante el siglo XVI, siendo escasos los ejemplares de principios
del XVII. Estas piezas, -como ya hemos dicho- presentan unas hojas de gran
longitud y cuya anchura máxima, oscila entre los 40-70 mm. En muchas ocasiones
con uno ó varios canales que recorren los tercios fuertes rebajando de esta
forma su peso a la vez que añadiendo rigidez. Una de las características más
llamativas en estas grandes espadas, es la existencia –no en todos los casos-
de una cruceta ó falsa guarda, situada en el tercio fuerte, y que tiene como
misión, proporcionar un asimiento protegido, por delante de la cruz mejorando
de esta manera el equilibrio del conjunto, en determinadas técnicas
esgrimísticas. En otros casos, la existencia de un largo recazo suplirá la función
de la mencionada cruceta. Seguirá manteniéndose la guarnición de cruz de
gavilanes rectos, con la presencia ocasional de uno o dos puentes de guarda,
adecuándose a las medidas y modas artísticas del momento, con empuñaduras no ya
de dos manos, sino de hasta cuatro y cinco –si las hubiere-, y con grandes
pomos para equilibrar todo el conjunto, que abandonando las formas discoidales,
más comunes en el medievo, adoptarán formas esféricas, periformes, lobuladas
etc. Más en la línea renacentista que nos ocupa. Aún con esto volvemos al hecho
de tratarse de armas funcionales, con lo que rara vez excederán de los 3 Kg. de
peso.
En
la familia de los Montantes, existe una categoría que por sus peculiares
características, merece especial atención, nos referimos, a los denominados “de
Lansquenette” ó “Zweihänder Schlachtschwerter” (Espadas de batalla de dos
manos) por haberlos hecho famosos esta variopinta tropa de soldados
mercenarios. Se trata de grandes espadones de origen suizo y germánico, que
presentan exageradas hojas de longitud y anchura mayores que las citadas
anteriormente, existiendo muestras de más de dos metros de longitud total, pero
también en algunos casos con menor grosor de sección. Estas grandes hojas no
mantienen un canon específico mostrándose tan anárquicas en su construcción
como el propio espíritu de sus propietarios. Abundando las formas flamígeras,
las grandes crucetas en forma de media luna, etc. Con guarniciones de cruz
recta, cuya factura es más parecida a obras de rejería que a protecciones
propiamente dichas.
Estos
espadones, estaban concebidos para su uso exclusivamente a pie y servían para
abrir paso entre las formaciones de piqueros, en el contexto de un ejército
moderno. A diferencia de sus antepasados medievales, aquí si podemos hablar de
una espada para un cuerpo determinado de Infantería, en este caso los
Lansquenettes. Obviamente, debido a su diseño y construcción, se trata de
espadas más pesadas que sus antecesoras, pero insisto en que la mayoría de
ellas nos sorprendería por su ligereza en función de su tamaño, pues como dice
un gran amigo y colega nuestro “eran antiguos, pero no idiotas..”
Retrocediendo
de nuevo al siglo XV, vamos a enlazar con otra rama en la evolución de nuestros
espadones, Las grandes espadas escocesas, comúnmente denominadas “Claymore”,
del gaélico “Claidheamh mòhr” o “Espada grande”. Esta tipología de espadones,
se caracteriza principalmente por su arriaz de brazos caídos, hacia la hoja,
formando un ángulo, así como los remates de los gavilanes, siendo los más conocidos,
los de forma de trifoglio o tetrafoglio, -ya del siglo XVI-. Poseen una larga
empuñadura que remata en grandes pomos del tipo discoidal. Las hojas tiene una
longitud normalmente superior 110 cm. son de dos filos paralelos, presentando
en muy determinadas ocasiones un ligero vaceo central. En siglos posteriores,
sobre todo el XVIII, el nombre “Claymore”, se utilizará para designar –erróneamente-
a prácticamente la totalidad de las espadas de producción escocesa,
principalmente las de guarnición de farol “Baskethilted Broadswords”.
Existen
otros tipos de espadones, mandobles, estoques y montantes, que debido a su
carácter ceremonial, – en casos como la representación del poder real o
eclesiástico-no vamos a tocar por el momento, en este grupo entrarían los
Montantes y Mandobles de Ceremonia, Los Estoques Pontificios, etc
Como
hemos podido apreciar, en esta pequeña introducción, la existencia de espadas
de dos manos o mandobles, se puede situar en origen, en la primera mitad del
siglo XIV, habiendo sufrido ciertos cambios morfológicos en función de su
técnica de uso a lo largo del siglo XV, y culminando en los grandes exponentes
del siglo XVI, a partir de los cuales, va a caer rápidamente en desuso, como
consecuencia entre otras, del avance técnico del armamento de fuego, el cual
modificará radicalmente las técnicas de combate en la guerra moderna,
manteniéndose únicamente como espadas de tipo ceremonial. De esta forma
entendemos que el término mandoble en su origen, agrupará todas las demás
posibles acepciones, en cuanto a una espada de dos manos, independientemente de
su datación o tipología, siendo el resto de los casos, como el Montante, el
Estoque, y cualquier otro tipo de espada de dos manos, ejemplos muy concretos,
destinados a un uso también muy concreto en virtud de su funcionalidad."