Antecedentes históricos:
Tras los acontecimientos fallidos en julio de 1822, en los cuales un grupo de Guardias Reales intentase restituir en el trono al Rey Fernando VII, lo que no se consiguió hasta la intervención francesa de 1823, el monarca quiso disponer de una Guardia Real que sofocase cualquier intento de levantamiento por parte de los liberales.
En mayo de 1824, se publicó el Reglamento de Formación de la nueva Guardia Real, compuesta entre otras por una División de Infantería, una de Caballería y un Escuadrón de Artillería.
Hacia 1828, la División de Caballería de la Guardia Real, estaba dividida en dos Brigadas, una Ligera y otra de Línea. Los regimientos de Cazadores y Lanceros de la primera, así como de Granaderos y Coraceros de la segunda, fueron equipados con tercerolas, al tomarse la decisión de que al menos una de las compañías de los citados regimientos fuese de tiradores.
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Tercerola para la División de Caballería de Guardia Real (Fotografía: Antigüedades Sala) |
Comenta Giménez González en su "El Ejército y la Armada desde la Antigüedad hasta 1862", que el Escuadrón de Artillería adjunto a la citada División de Caballería, estaba dotado de la tercerola que denomina del modelo 1826, que fue el que debió equipar al regimiento de Cazadores y posiblemente a las compañías de tiradores de los regimientos de Lanceros, Granaderos y Coraceros en sus correspondientes Brigadas, Ligera y de Línea.
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Parte posterior de la Tercerola para la División de Caballería de Guardia Real (Fotografía: Antigüedades Sala)
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Fabricada por Gabriel Benito de Ibarzabal, se trataba de una copia casi exacta del mosquetón francés de Caballería modelo del año 1816, salvo en el calibre usado que fue el reglamentario español "de a 17", desde la unificación de calibres en 1757 (1). La llave usada era de pedernal a la francesa de 1816.
La Tercerola, como arma propia de la caballería, aparece a finales del siglo XVIII, y vendría a sustituir a las antiguas carabinas de Caballería, diferenciándose del fusil de Dragones en la ausencia de bayoneta, así como en la existencia de una anilla corredera, entre el portavis y la primera abrazadera -en el caso que nos ocupa- lo que permitía al jinete portarla terciada en bandolera dando lugar a su denominación.
Otra de las principales características propias de las armas de Caballería, era la existencia de un sistema articulado que permitía el uso de la baqueta, sin el riesgo de pérdida, Barceló cita en su obra, que este modelo al igual que su homólogo francés, no portaba la baqueta en el arma, sino pendiente del cinto de suspensión.
El Ejemplar de Ilustramos:
Se trata de una Tercerola para la División de Caballería de la Guardia Real, como así lo atestigua la inscripción existente sobre el cañón "Guardia Real"
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Vista superior del ejemplar, donde se aprecia la inscripción "Guardia Real", y un punzón ovalado de Ybarzabal, lo que denota su procedencia, de igual manera se aprecia el sistema de anilla corredera entre el portavis y la primera abrazadera que permitía el portar terciada el arma suspendida de un cinto. Nótese la existencia del gancho de fijación de dicho cinto. (Fotografía: Antigüedades Sala) |
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Detalle de la llave y del gancho de fijación al cinto marcado con las iniciales V.B.G. (Fotografía: Antigüedades Sala) |
Monta una llave a la francesa sin marcas aparentes del modelo 1816, igual a la del Mosquetón francés de Caballería del mismo año, y distinta pues al denominado modelo "mejorado de 1812" con que iban equipadas en España las pistolas de la misma División de Caballería de la Guardia Real.
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Llave a la francesa de 1816 (Fotografía: Antigüedades Sala) |
Cita Barceló que este modelo de Tercerola al igual que el original francés, carece de baqueta bajo el arma, ya que dicho accesorio, era portado por el jinete mediante una fijación al propio cinto terciado evitando así la posible pérdida. Resulta curioso observar como el ejemplar ilustrado, porta una larga baqueta fijada mediante dos anillas situadas entre la entrada del cañón y prácticamente el tornillo de la placa del guardamonte.
El cañón de ánima lisa es de sección circular con ligeras facetas en la recámara, donde podemos ver troquelado un punzón ovalado de Eibar, y sobre éste la inscripción propia del Cuerpo. La llave característica de estilo francés se fija a la cureña de nogal mediante dos tornillos pasantes que roscan sobre un portavis de hierro. Una única abrazadera de latón fija el cañón a la cureña, sobre esta abrazadera, se fija a su vez una barra metálica sobre la que corre la anilla del gancho propia de este arma de caballería. El otro extremo de la citada barra se curva para roscarse al tornillo del portavis fijando la llave.
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Detalles del sistema de fijación de la baqueta (Fotografía: Antigüedades Sala) |
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Tiradores de la Guardia Real 1834 (nótese que las tercerolas ilustradas en la pintura, corresponden a los modelos 1815 o 1839, al tener la caña prolongada hasta la boca de cañón, a diferencia del ejemplar que tratamos en el artículo (Augusto Ferrer Dalmau) |
(1) A fin de evitar los problemas acaecidos durante el tiempo en que estuvieron en servicio armamentos de distinto calibre, en 1757, se toma la decisión de unificar todo el armamento portátil español para su uso en calibre "de a 17" (17 balas en libra) lo que equivale a 18 mm.
Agradecimientos:
Queremos dar las gracias a d. Lluc Sala, por proporcionarnos las fotografías de este interesante ejemplar.
Bibliografia:
- Armamento Portátil Español 1764-1939. B.Barceló Madrid 1976
- 3 Siglos de Armamento Portátil en España. B. Barceló. Cala Millor 2002
- Historia del Armamento Español / Sopena Garreta/ Barcelona 1979
- El Ejército y la Armada desde la Antigüedad hasta 1862 / Manuel Giménez González / Madrid 2003
- Armamento de Tropas Casa Real 1788-1931 / J.L. Calvó 2012
- Armamento Portátil en la 1ª Guerra Carlista / J.L. Calvó 2015
- Historia de las Armas de Fuego Portátiles a través de la Colección del Museo del Ejército / J. Borja / Madrid 1999