Hechos
El reciente hallazgo de un importante conjunto de espadas de caballería del siglo XIX en los fondos marinos de es Caló en Formentera, ha suscitado el interés tanto de arqueólogos y estudiosos del tema como de la población en general que se pregunta sobre la posible existencia de un pecio hasta ahora desconocido.
Inicialmente considerados como sables, la historia se inicia con el hallazgo fortuito por parte de un vecino de la localidad, de uno de estos ejemplares el pasado 15 de agosto mientras navegaba con su zodíac. Una vez comunicado el mismo a las autoridades competentes, la Comandancia de Marina y el Consell de Formentera, se procedió al traslado de la pieza al Museo Arqueológico de Ibiza y Formentera con el fin de su estabilización y posterior estudio.
Durante las semanas siguientes, concretamente entre los días 26 y 29 de agosto, los buzos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Cívil, GEAS, junto con arqueólogos del Instituto Balear de Estudios en Arqueología Marítima, IBEAM. procedieron al "peinado" del fondo arenoso con el resultado de la localización y extracción de un total de 10 piezas más de la misma tipología, todas ellas trasladadas de igual forma al Museo Arqueológico MAEF, para su correcto tratamiento.
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Fotografía Diario de Ibiza |
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Fotogarfia de J.A. Riera (Diario de Ibiza) |
Marco Histórico
Las piezas encontradas, incluso recubiertas de una importante concreción fruto de los más de dos siglos de permanencia en el fondo marino, revelan a primera vista su arquitectura de hoja recta, lo que las define como Espadas de Caballería, y no sables, como se pensó inicialmente, realmente Espadas de Caballería de Línea o pesada, lo que unido a la forma de sus guarniciones de las denominadas "napoleónicas" provistas de tres gavilanes o ramas, las circunscribe a un periodo cronológico muy concreto, el primer cuarto del siglo XIX.
Esta tipología de Espada, tuvo su primer exponente en la Caballería Española, a partir del año 1815, en que el rey aprobó su uso para la tropa, bajo el título de "
Espada para Tropa de Caballería de Línea modelo del año de 1815", con el fin de reacondicionar los exhaustos armamentos existentes tras la Guerra de la Independencia.
Este primer modelo español, está basado en el diseño francés de Coraceros y Dragones de los años IX (1800), XI (1802) y XIII (1804), y su éxito facultó en España el desarrollo de los dos modelos siguientes con ligeras variaciones de mejora que estudiaremos a continuación con el fin de intentar datar y catalogar de forma correcta las espadas halladas, y de esta forma contextualizar el yacimiento. Para ello, a continuación vamos a exponer ambas líneas de evolución, desde el modelo originario francés hasta los modelos españoles posteriores.
Los Modelos Franceses
La Espada para Coraceros y Dragones modelo An IX (1800).
El noveno año de la revolución, Napoleón como Primer Cónsul aborda la renovación del ejército con sustanciales mejoras en cuanto al armamento, así nace la Espada de Coraceros y Dragones modelo An IX.
Se trata de una fuerte espada de hoja recta, y recia guarnición de latón compuesta por aro guardamanos y tres gavilanes o ramas que partiendo de sendos florones o botones unidos a la concha, finalizan entroncando con el aro cerca de la monterilla. Con el tiempo a este tipo de guarnición se la denominó "a la napoleónica". El puño de madera recubierto de cuero, estaba alambrado con torzal de latón y presenta una monterilla simple.
Una de las características más importantes que luego diferenció los modelos siguiente, sería la citada unión de los tres gavilanes al aro guardamanos separada unos tres centímetros de la monterilla.
La hoja por su parte, es recta y plana de lomo recto al interior y filo corrido al exterior que se hace doble en la punta formando un contrafilo.
La vaina del modelo de Coraceros, es enteramente de acero, con brocal fijado mediante tornillos, dos abrazaderas provistas de anillas y un fuerte batiente en forma de lira, a diferencia del modelo de Dragones que es de madera forrada de cuero, con guarniciones en latón, abrazaderas con anillas y rematado con un batiente de hierro de forma esférica.
La Espada para Coraceros y Dragones modelo An XI (1802)
El modelo que le sigue sería el del año XI, montando prácticamente la misma guarnición a cuyo puño se le añadirá una virola. La mayor diferencia la encontramos en la hoja que en un intento de aligerar el conjunto, pasará a tener una arquitectura de dos vaceos por cara hasta la punta, manteniendo su lomo recto y un sólo filo.
La Espada para Coraceros y Dragones modelo An XIII (1804)
En el modelo del año XIII, se mantendrán las formas de la espada anterior, pero con una ligera modificación en la guarnición, que consistirá en la prolongación del entronque de los tres gavilanes y el aro guardamanos hasta la monterilla.
Los Modelos Españoles
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Espadas de Caballería de Línea Españolas, modelos 1815, 1825 y 1832 respectivamente |
La Espada para Tropa de Caballería de Línea modelo 1815
Tras la Guerra de la independencia, los arsenales españoles, estaban exhaustos y compuestos por una variopinta mezcla de ejemplares tanto ingleses como franceses. Estas armas extranjeras, serían paulatinamente sustituidas por los nuevos modelos aprobados por el rey, siendo el primero de ellos la Espada 1815.
Se trata de la interpretación española del modelo An XIII de Coracero Francés, en la cual se adopta el mismo tipo de guarnición, así como la fuerte hoja recta de un filo y doble vaceo hasta la punta. El puño de madera recubierto de cuero y alambrado con torzal de latón, presenta unos gallones menos acusados que en el modelo francés, así como una forma ligeramente ahusada. Las guarniciónes enteramente de latón, se fabricaban por regla general, en los talleres de fundición de Gabriel Benito de Ibarzabal en Eibar, y las hojas en la Fábrica de Toledo.
Esta espada posee una fuerte vaina de hierro, con brocal, dos abrazaderas con anillas y un sólido y gran batiente. En su interior, la existencia de dos ballestillas de madera, impedían el ruido producido por el choque de la hoja contra la vaina.
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Espada para Tropa de Caballería de Línea modelo 1815 |
La Espada para Tropa de Caballería de Línea modelo 1825
Basada en el modelo anterior, en 1825 se aprobó una modificación que comprendía básicamente la arquitectura de la hoja. El nuevo modelo montaba una hoja cuyo arranque formaba "
Una tabla acanalada en el primer tercio con lomo redondo y dos filos formados por dos mesas en los dos tercios restantes". Este nuevo diseño de la hoja, la hacía más pesada, siendo destinada principalmente a los cuerpos de Coraceros y Granaderos de la Guardia Real organizada en 1825. Al igual que en el modelo anterior, sus componentes estaban fabricados por un lado en Eibar en el taller de fundición de Ibarzabal, y en el caso de las hojas y vainas en Toledo, siendo éstas últimas prácticamente la misma que la usada en 1815.
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Espada para Tropa de Caballería de Línea modelo 1825 |
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La Espada para Tropa de Caballería de Línea modelo 1832
Aprobada por Real Orden de 5 de febrero de 1832, el nuevo diseño de hoja pretendía volver al modelo clásico de dos filos y tres mesas, denominado "a la española" usado en las antiguas espadas de caballería del siglo XVIII. La guarnición de latón seguía siendo la misma con ligeras variaciones en función del fabricante. Recordemos que Toledo asume a partir de 1833 la producción íntegra de las armas, cuyas guarniciones hasta entonces procedían de la fábrica de Ibarzabal en Eibar.
Con motivo del nuevo diseño de hoja mucho más fina y ligera, la vaina sufrió también varias modificaciones, siendo la más destacable la incorporación de una boquilla de envaine que sustituiría el hasta entonces usado brocal, lo cual facilitaba el envainado del arma en situaciones de monta.
Este nuevo modelo del año 1832, se aprobó para dotación en todos los cuerpos de Caballería, incluidos los Coraceros y Granaderos de la Guardia Real, y su uso se prolongó hasta finales del siglo XIX en los Escuadrones de la Guardia Civil, desplazando incluso a sables de más moderna factura.
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Espada para Tropa de Caballería de Línea modelo 1832 |
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De vuelta a las Espadas del yacimiento
A las once espadas halladas durante el verano de 2019, se sumaron otras seis unidades localizadas en un inmersión posterior. Todas ellas, presentan el mismo estado de conservación, recubiertas de la concreción característica.
Aunque inicialmente se comentó que alguna de dichas piezas, pudiese llevar vaina de cuero, fuentes oficiales nos indican que todas ellas pertenecen a la misma tipología morfológica con lo que es de suponer también mismo modelo, y salvo una de ellas que se encuentra parcialmente desenvainada como atestigua su mayor longitud, todas ellas se hallan correctamente envainadas en vaina metálica.
Los trabajos de restauración están siendo supervisados y llevados a cabo por Helena Jiménez Barrero, Restauradora, del MAEF, y consisten primeramente en la estabilización de las piezas. Para ello se procedió a la inmersión de las mismas, en medio controlado con el fin de bajar paulatinamente su salinidad, producida tras siglos de inmersión marina. Mediante grandes tanques de Pvc se procede al cambio sistemático y periódico del agua variando su índice salino, para una vez estable en valores aceptables, proceder al ablandamiento y retirada por medios mecánicos de la concreción que las recubre.
Con el fin de conocer el estado de las piezas una vez extraídas del mar, se realizaron una serie de radiografías, -al menos a una de ellas- , en la cual era posible apreciar el buen estado e integridad del conjunto. A raíz de este primer examen radiológico surgen las primeras dudas acerca de la procedencia de las armas como a continuación expondremos.
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Fotografía Diario de Ibiza |
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Fotografía Diario de Ibiza |
En la imagen radiográfica, es posible apreciar el buen estado general. Podemos ver con total claridad la tipología de guarnición de tres gavilanes dotados de botones y casi podemos aventurar su entronque con la monterilla. La empuñadura muy bien conservada, muestra el hilo de torzal intacto sobre unos más que pronunciados gallones en el puño. La casi ausencia de curvatura en el extremo de la concha o galluelo, destaca junto con el resaltado sombrerete de la monterilla simple.
En la misma imagen, se observan algunos detalles de la vaina metálica, como es la presencia de brocal en vez de boquilla, así como las abrazaderas provistas de anillas para la fijación del arma.
En la imagen central se pueden aventurar dos líneas longitudinales de color más oscuro, compatibles con una arquitectura de hoja de doble vaceo, lo que indicaría una hoja de un filo corrido al exterior y lomo recto al interior.
Otro detalle a tener en cuenta es la ligera conicidad de la vaina así como la forma pronunciada de su batiente.
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Fotografía Diario de Ibiza |
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Fotografía Diario de Ibiza |
En esta imagen en la cual podemos ver cuatro de los ejemplares introducidos en el tanque de Pvc, se aprecian detalles muy interesantes acerca del diseño de la guarnición, como pueden ser: la forma oval sin apenas curvatura de los extremos de la concha, los sombreretes de las monterillas, la presencia de florones o botones en los extremos de los gavilanes, así como su entronque en la monterilla. (ejemplar abajo izquierda)
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Espadas introducidas en el tanque de pvc. Fotografía del Diario de Ibiza |
Estos detalles aquí expuestos, ciertamente nos hicieron pensar en un primer momento, que las espadas halladas pertenecían al modelo francés, ya que morfólogicamente poseen más datos concordantes con dicho modelo que con el español. No obstante como ya expusimos en su momento, y es de Vital importancia resaltarlo, esta conclusión basada en las formas que la concreción permite apreciar, está sujeta a la aparición de marcas de fabricación o detalles más determinantes que vayan apareciendo a medida que los ejemplares se vayan limpiando y liberando de los residuos que los envuelven. Sólo de esta forma se podrá contextualizar de forma correcta el yacimiento.
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Helena Jiménez Barrero, Responsable de la restauración de las espadas en el Museo Arqueológico de Ibiza
En esta imagen se aprecia perfectamente el proceso de restauración con la guarnición prácticamente liberada de la concreción (Fotografía Diario de Ibiza) |
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(Fotografía Diario de Ibiza) |
Metodología de Catalogación.
Según avance el proceso de limpieza y se desprenda la concreción, podremos apreciar detalles importantes que determinarán el origen definitivo de nuestras piezas. En la imagen anterior, la restauradora Helena Jiménez, nos muestra uno de los ejemplares con la guarnición de latón prácticamente liberada de los residuos que la envolvían, a falta de comprobar la existencia de marcas o cuños de fabricación, las formas ya debieran orientarnos de alguna manera.
En el caso de tratarse de modelos españoles, las guardas debieran ir marcadas en el aro guardamanos y en la parte interior del galluelo, bien con los cuños de "Ybarzabal" o bien con los de Toledo, lo que además de indicarnos la nación de origen, también nos situaría en un marco cronológico más aproximado en espera de otros detalles o indicios.
Si por el contrario se tratase del modelo francés, los cuños aparecerían principalmente en el interior del aro, con múltiples marcas del fabricante, verificadores, así como alguna numeración ocasional en el anverso y reverso de la guarda.
Partiendo de la base de que la empuñadura, sería posiblemente el elemento más delicado a la hora de tratar, dada su naturaleza y componentes orgánicos, vamos a presuponer que su limpieza sea más compleja, no obstante las formas de la monterilla una vez liberada, también podrían darnos una idea veraz del origen de las espadas, ya que los modelos franceses, presentan una mayor curvatura y forma en la escotadura lateral, siendo los españoles más sobrios en detalles. Otro punto importante que deberemos tener en cuenta será la presencia de una virola de latón en el extremo de la empuñadura de madera, aunque como exponía en la descripción de los diferentes modelos, la forma del entronque de los gavilanes, nos indicará con bastante acierto la presencia o no de este elemento de la guarnición, pues como vimos anteriormente, a partir de 1802, será común en ambas tipologías.
Uno de los elementos más importantes a la hora de catalogar nuestras piezas, es sin duda la hoja de la espada, ya que su morfología y posibles marcas, van a determinar de forma concluyente el origen de las mismas, pero sin duda será una labor ardua y compleja, dado el hecho indiscutible de aparecer todas ellas envainadas. No olvidemos que en esta tipología de espadas, las vainas poseían un par de ballestillas de madera a media caña, que sujetas mediante el brocal, impedían el tintineo producido por el choque de la hoja contra la vaina, amén de ofrecer mayor protección a ambas.
Sin lugar a dudas, el largo periodo de inmersión en agua marina, habrá producido la oxidación de la hojas y su engrosamiento, con el consiguiente fusionado con la madera en descomposición, lo que impedirá y dificultará en gran manera su extracción para limpiarlas y acceder a los secretos que guarden.
Al parecer y según comentaba anteriormente, fuentes oficiales nos han indicado que al menos uno de los ejemplares, se encuentra parcialmente desenvainado, entendemos que unos pocos centímetros de su tercio fuerte como así atestigua su mayor longitud, luego es posible una vez limpia, tener una cierta idea de la morfología de la misma, así como de los posibles punzones, existentes en la bigotera y lomo.
Por último vamos a centrarnos en la vaina, elemento que a falta de la extracción de las hojas representa el 90% del conjunto de las espadas. La vaina de la espada de Caballería de Línea, está realizada íntegramente de acero, al menos en los modelos españoles, y salvo en el caso de los Dragones, ocurre de igual manera en los franceses. Aunque en un primer artículo aparecido en la prensa, se apuntaba a la posibilidad de que alguna de ellas poseyese una vaina de cuero, posteriormente confirmábamos que todas ellas son metálicas, y coherentes en sus formas.
La vaina de esta tipología de espada, obviamente es recta, como su nombre indica, y está provista de un brocal por el que se introduce la hoja. Este brocal es común en los modelos franceses y españoles, hasta la aprobación del modelo español de 1832, en que fue sustituido por una boquilla que facilitase el envainado en situaciones de monta.
La vaina está provista de dos abrazaderas con anillas de suspensión, fácilmente distinguibles tanto en la radiografía como en los ejemplares hallados, incluso a pesar de la concreción, en las cuales, y debido al caprichoso depósito de sedimentos en un "ojal" de tan escaso diámetro, han llegado a producir formas más parecidas a una esfera que a una anilla plana.
La limpieza de la vainas, nos ofrecerá la posibilidad de encontrar marcas del fabricante. En el brocal en el caso del modelo francés, y en los primeros centímetros de la vaina en el caso de los modelos españoles. De igual forma, es muy común hallar también marcas de pertenencia a un determinado regimiento o escuadrón sobre y encima de la primera abrazadera en ambas.
Hasta aquí podríamos decir que los modelos francés y español, comparten gran similitud de detalles, pero hay un elemento determinante a la hora de discernir entre ambos, y ese elemento es el batiente.
El batiente francés tiene forma de lira, lo que unido a la mayor conicidad de la vaina, aporta un modelo estético de mayor elegancia frente al recio y fuerte batiente de la vaina española.
Actualmente es difícil precisar si se trata de uno u otro en base a la documentación gráfica que manejamos, ya que en algunos ejemplares pudiera parecer el francés y en otros el español, pero entendemos que en la mayoría de los casos, se trata de la caprichosa forma que haya adquirido la concreción, con lo que habremos de esperar el avance del proceso de restauración, para que las formas originales, nos desvelen por fin el misterio.
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Coraceros Españoles
Album de la Caballería Española del Conde de Clonard |
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Coraceros Españoles de la Guardia Real de Fernando VII 1824
Album de la Caballería Española del Conde de Clonard |
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Botón de Coracero de la Guardia Real de Fernando VII |
Difusión de la Noticia:
En la semana de las primeras apariciones del yacimiento, varios medios de información se hicieron eco de la noticia, aportando diversos testimonios y fotografías.
El Diario de Ibiza, ha estado publicando una serie de artículos firmados por José Miguel L.Romero, en los cuales dicho autor nos participa de primera mano de tan importante como inusual evento, informándonos en tiempo real de los avances que sigue el proceso de restauración. Estos artículos que se pueden consultar junto con vídeos explicativos, están disponibles en su página Web de la cual incluyo algunos enlaces.
Once espadas bajo los rayos X de la historia en Formentera.
https://www.diariodeibiza.es/cultura/2019/09/18/11-espadas-traves-rayos-x/1092320.html
Las espadas de Waterloo en Formentera.
https://www.diariodeibiza.es/cultura/2019/09/21/espadas-waterloo-calo/1092982.html
Como eliminar la sal de 200 años en las espadas halladas en Formentera
https://www.diariodeibiza.es/cultura/2020/02/19/eliminar-sal-200-anos/1124099.html
Contrabando por la borda
https://www.diariodeibiza.es/pitiuses-balears/2020/02/22/contrabando-borda/1124804.html
Conclusiones.
La importancia de contextualizar correctamente el yacimiento es el fundamento de todo estudio arqueológico basado en datos y hechos científicos. Por ello, es de suma importancia no caer en el error de presuponer tal o cual acontecimiento. Si bien, los datos hasta ahora disponibles pudieran inclinarnos a pensar o pre-catalogar las espadas halladas, debemos ser rigurosos en el método y esperar que los procesos de restauración y recuperación de las piezas, aporten los datos precisos. El resto son licencias literarias tan peligrosas como a veces imprescindibles para rellenar los huecos en ese puzzle cronológico.
Por ello, una vez expuestas las diferentes tipologías y modelos tanto franceses como españoles, esperaremos pacientemente a que el trabajo de los expertos del MAEF, comience a dar sus frutos, y podamos por fin afirmar, con datos científicos:
Se trata de una Espada de Coracero Francés, o se trata de una Espada de Coracero Español, tan próximas en sus formas y tiempos pero a la vez tan distantes, y que cuentan una historia reciente tan diferente.
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Coracero Español de la Guardia Real (Augusto Ferrer Dalmau) |
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Botón Guardia Imperial Napoleónica |
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Coracero Francés (Augusto Ferrer Dalmau)
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Queremos agradecer a Diario de Ibiza en la figura de José Miguel L. Romero, la difusión de la noticia, así como el permiso para utilizar las fotografías de las piezas en restauración.
de igual manera también agradecer a Helena Jiménez Barrero, restauradora del Museo Arqueológico de Ibiza y Formentera MAEF, la labor que está haciendo para devolvernos parte de la historia perdida.
A http://www.sabresempire.com/ por su mágnifica web y las fotografías del modelo francés
A Francesc Pintado por su web http://guerrasnapoleonicas.blogspot.com/
y como no una vez más a Augusto Ferrer Dalmau por su magnifica obra.
Bibliografia:
- Les epees portees en France des origines a nous jours / Jean Lhoste /1997
- Les sabres portes par la armee Francaise / Jean Lhoste. Patrick Resek /2001
- Catálogo de los Objetos que contiene el Real Museo Militar, al cargo del Cuerpo de Artillería. Madrid 1856.
- Prontuario de Artillería para el servicio de campaña. Ramón de Salas. Madrid 1833
- Acero y Armas Blancas. Claudio del Fraxno y Joaquín de Bouligni. Segovia 1850
- Armamento Portátil Español 1764-1939” B. Barceló, Madrid, 1976
- Álbum de la Caballería Española del Conde de Clonard
- 3 Siglos de armamento portátil en España” B. Barceló Rubí. Cala Millor, 2002.
- Sables y Espadas de Montar para Tropa de Caballería 1815-1890 (I) . Artículos sobre Armamento nº 54. Juan Luis Calvó 2006
- Armas Blancas para Tropa en la Caballería Española. Cuadernillo nº 1 Asociación "El Cid". Juan Luis Calvó 1976