martes, 9 de abril de 2024

Llaves en Armamento Portátil Español

La industria armamentística no podría entenderse sin comprender a su vez la evolución de los distintos sistemas de ignición en las armas de fuego, es por ello que vamos a dedicar este capítulo a alguna de las Llaves Reglamentarias Españolas tanto de chispa o pedernal como posteriormente de percusión.

El continuo avance tecnológico en dicho campo dio como fruto distintos modelos y mejoras que los Maestros Armeros diseñaban y aplicaban con el fin de conseguir la máxima eficiencia y resultados en el producto final. Las primitivas llaves de mecha y serpentín dieron lugar a los modelos de rueda con resorte, en los cuales y tras liberar el mismo la rueda giraba a gran velocidad sobre el pedernal previamente dispuesto produciendo la chispa para la ignición del polvorín. (Es posible que el término "llave" derive de estos modelos de rueda, en los cuales literalmente se daba cuerda con una llave cual si de un reloj se tratase)

Los modelos de llave de rueda, en los cuales la zapata que sujetaba el pedernal era de movimiento libre, siendo la citada rueda la que cargaba el resorte, dieron paso a un sistema más avanzado, en el cual el pie de gato que fijaba el pedernal mediante las zapatas o quijadas, se cargaba mediante un fleje templado, cuya liberación a través de la cola del disparador producía el golpe de la piedra contra el rastrillo dando lugar a la chispa. La llave de Chispa había nacido.

Varios fueron los modelos tanto en el ámbito civil como militar, que evolucionaron desde este nuevo sistema, hasta llegar a los de percusión y posteriormente de fuego central, vamos pues a centrarnos en las llaves militares de Ordenanza incluyendo algunos de los ejemplos más representativos.


Llave Mixta de Chispa modelo 1801

Este primitivo modelo de llave usado principalmente en la Pistola de Caballería y Dragones modelo del año 1801, estaba dotado de un característico pie de gato de grandes quijadas rectas, y provisto de una uñeta que actuaba de retén una vez comprimido el muelle real. El hecho era que al cargar el citado pie de gato, el desplazamiento de dicha uñeta hacia arriba, permitía asomar a través de la platina, una pequeña muesca que quedaba trabada en la uñeta, a esperar ser liberada mediante la cola del disparador.

La cazoleta del polvorín fabricada en latón, se protegía con la tapa del rastrillo accionada mediante un fleje exterior. Dos tornillos pasantes fijaban la llave a la cureña del arma.

Llave de Chispa modelo 1801

Interior de la llave de Chispa modelo 1801

Pistola para Caballería y Dragones del modelo 1801


Llave "a la francesa" modelo 1812 (mejorada Bustinduy)

La llave modelo 1812, denominada a la francesa, es una clara inspiración del modelo francés del año 7 (1798-99) y como ésta, sitúa el plano de la cazoleta de latón de forma oblicua para facilitar el cebado del arma sin tener que poner ésta en posición estrictamente horizontal. De igual manera la forma acorazonada del espacio existente bajo la quijada inferior que difiere del modelo posterior de 1828 en que pasaría a ser redondo. Otro dato relevante, es el estriado del rastrillo característico en las llaves españolas, aunque citando a Calvó en su obra, a partir de la mejora de 1812, ocasionalmente figurasen rastrillos de superficie lisa.

La Mejora de 1812 Bustinduy, (7 de octubre de 1812) por Antonio Bustinduy Examinador Mayor, se aplicó a todas las piezas producidas para los armamentos de munición destinados al ejército entre los años de 1815 y de 1828, en que se aprobó el nuevo modelo de llave. 


Llave de Chispa modelo 1812 (mejora Bustinduy)


Interior de la llave de chispa modelo 1812 marcada "ARANA"


Pistola de Caballería modelo 1815 con llave 1812


La aparición de las cápsulas de fulminante, hicieron rápidamente desparecer los sistemas de chispa o pedernal, dada la mayor fiabilidad y rapidez de maniobra que suponían. Los mecanismos de ignición en los armamentos portátiles fueron modificados para adoptar este nuevo sistema dando lugar a las denominadas llaves de percusión.



Llave de Percusión modelo 1846

La Llave modelo 1846, era la mejora transformada al nuevo sistema de la llave de chispa modelo 1828, carente de cadeneta, y con el árbol de la nuez en sección cuadrada para el posicionamiento del martillo percutor. El muelle del guardacebos iba alojado en un cajetín, y su fijación a la caja del arma era mediante dos tornillos pasantes y portavís.

Llave de Percusión modelo 1846 (Fechada en 1852 en la Fábrica de Oviedo, Contrata Ramos)

Interior de la Llave de Percusión modelo 1846 (Podemos observar la ausencia de cadeneta)

Tercerola para Caballería modelo 1846 con llave de Percusión modelo del mismo año


Llave de Percusión modelo 1854

En la llave modelo 1854 se aplicaron una serie de mejoras como fue en primer lugar la incorporación de la famosa cadeneta que conectaba la nuez con el muelle real. Por otro lado se suprimía el tornillo de fijación del muelle real, siendo sustituido por una cuña de apoyo por presión. Los tornillos de fijación al arma también sufrirían modificaciones, desplazándose el que fijaba bajo el martillo en el modelo 1846 hacia la parte posterior de la nuez con un amplio resalte cilíndrico que hacía las veces de tope de ésta, a la vez que fijaba el muelle de la cola del disparador eliminado el tornillo anterior existente para tal fin. El segundo tornillo de fijación al arma también desaparecía sustituyéndose por un rebaje circular que engarzaba sobre un pasador fijo en el arma. En el caso del árbol de nuez se adoptaría el de sección cilíndrico con chaveta, como ya se usase en la variante de la llave modelo 1846 para la Pistola modelo 1852.


Llave de percusión  modelo 1854 (Fechada 1857 en la Fábrica de Artillería de Placencia,
 Contrata A.Iraola. Obsérvese que no conserva el guardacebos correspondiente)

Interior de la Llave de Percusión modelo 1854 (podemos observar en primer lugar la presencia 
de cadeneta, así como la fijación del muelle real por cuña y no por tornillo como en 
el modelo 1846)


Llave de Percusión modelo 1857

La llave modelo 1857 aparece con los modelos del mismo año de carabina, mosquetón y tercerola, todos ellos de ánima rayada. Su principal diferencia con los modelos anteriores radica en la desaparición del guardacebos, para lo cual la nuez permitiría un nuevo posicionamiento del martillo evitando la posible pérdida o caída de la cápsula fulminante. La fijación a la caja del arma se hará mediante dos tornillos pasantes, sustituyéndose el portavís por dos arandelas. La transmisión del muelle real mantendrá la cadeneta del modelo 1854.

Llave de Percusión modelo 1857/59 (Reforma Anckermann)

En 15 de agosto de 1859 La Dirección General de Artillería, aprobaba la reforma propuesta por d. Antonio Anckermann consistente en la modificación de la brida de la nuez y el fiador, suprimiendo el tornillo que hacia de eje del mismo, por un eje solidario, reforma fácilmente reconocible al mostrar tres tornillos la platina de la llave tras el martillo, siendo el del medio el citado eje del fiador.


Llave de percusión modelo 1857/59 con reforma Anckermann, fechada en Oviedo en 1866


Interior de la llave de percusión modelo 1857/59 con la reforma Anckermann, en la cual podemos
comprobar el eje del fiador entre los dos tornillos.


Llave de Percusión modelo 1857/59 de la Fábrica de Artillería de Oviedo, fechada en 1866
Se puede apreciar la existencia de los tres tornillos tras el martillo percutor
propios de la reforma Anckermann de 1859




Llave de Percusión modelo 1857/59 con reforma 1867 (Berdam)

La necesidad de dotar de armamento moderno con sistema de retrocarga a nuestras unidades, hizo que la Junta Facultativa de Artillería, crease una subcomisión encargada de valorar las distintas opciones posibles, inclinándose por el sistema desarrollado por el ingeniero estadounidense Hiram Berdam, para lo cual partiendo del anterior modelo de llave del año 1857/59, se modificó la curvatura y longitud del martillo percutor, para que actuase sobre una aguja percutora dispuesta dispuesta para tal fin sobre la recámara previamente cortada y modificada.

Este nuevo sistema mejorado por el artillero Artemio Pérez, fue aprobado definitivamente en 14 de diciembre de 1867, para las carabinas del modelo 1857 y fusiles del modelo 1859,en lo que se conoció como transformación Berdam.

Carabina 1857 modificada al sistema Berdam de 1867. Llave fechada en Oviedo en 1863



Bibliografía:

-Armamento Portátil Español 1764-1939. B. Barceló. Madrid
-Tres Siglos de Armamento Español. B.Barceló. Cala Millor. 2002
- La Historia de las Armas de Fuego Portátiles a través de la Colección del Museo del Ejército. Ministerio de Defensa. / José Borja Pérez / Madrid 1999
-Armamento Español en la Guerra de la Independencia. Ministerio Defensa.  J.L. Calvó Madrid 2008
-Tratado de Artillería para uso de la Academia de caballeros Cadetes del Real Cuerpo de Artillería. Tomo II. Tomás de Morla. 2ª Edición corregida. Segovia 1816
- Armamento Portátil en la Primera Guerra Carlista.  / J.L. Calvó / Artículos 2015
- Armamento Portátil en la 2ª y 3ª Guerras Carlistas / J.L. Calvó / Artículos 2016

lunes, 1 de abril de 2024

Manolo Turrero y los "abuelos" del Rastro

Han pasado ya 16 años desde que Manolo Turrero nos dejase, y es de justicia que tenga su sitio en este trabajo que sin duda ayudó a gestar aún sin saberlo.

Para ello he recopilado algunos de los textos que en su día escribimos un grupo de Investigadores y Coleccionistas en el antiguo foro de la AEEA (Asociación Española de Esgrima Antigua) bajo el título "Epitafio a Manolo Turrero".

Leyéndolos hoy día que han desaparecido muchos de los "abuelos" mentados, me doy cuenta de cuanta razón tenía al escribir lo que escribí, y la suerte que tuvimos algunos de nosotros, de vivir y conocer una época que jamás se repetirá.


Facultad de Espadología "Manuel Turrero Lucía"
Quien no ha pasado por aquí, No es nadie en este mundo.




Por José Rubio: (Coleccionista) Noviembre de 2008

"Hola a todos, en este día previo a difuntos nos ha dejado Manolo Turrero. La mayoría de vosotros no lo conoció, y apuesto a que jamás oyó su nombre. Sin embargo es justo que tenga un espacio en este foro entre otros. O a mí al menos me lo parece.
Manolo era para mí una institución, y seguro que alguno de vosotros si en algún día entre semana pasasteis por el madrileño Rastro lo visteis al frente de su tienda en la Ribera de Curtidores. Si os hablo de Manolo es porque el fue uno de mis mentores en el mundo del coleccionismo de espadas, y a él entre otros debo el que en las paredes de casa me acompañen piezas con las que ni me había atrevido a soñar antes de conocerle: roperas en todas sus formas, tazas, lazos, espadas de puentes, militares, reglamentarias, sables...
Manolo pasó su vida dedicada a acumular lo que el progreso iba dejando en desuso. De esta manera desde los duros años de nuestra posguerra fue comprando todo aquello que parecía sobrar en el día a día de la gente. Planchas, herrajes, herraduras, pomos de puertas, rejas de ventanas, aperos de labranza, y otros hierros y latones que habían perdido su funcionalidad en los tiempos que corrían. Como podréis imaginar entre todos estos "otros Hierros" había espadas.

No podéis imaginar el enorme privilegio que suponía literalmente desempolvar una taza del XVII en la tienda de Manolo. Piezas totalmente originales que en parte gracias a este hombre llegaron a nuestros días. Piezas que fueron usadas por nuestros antepasados en sus duelos y pendencias. Espadas con las que se escribió la esgrima. Con sus particularidades de peso, equilibrio, forma, etc, perfectamente adaptadas a la función de la defensa y ofensa. Poder aprender no de libros, sino de las piezas directamente ha sido un privilegio impagable. Y eso se lo debo a Manolo Turrero.

Por todo ello considero apropiado compartir con todos vosotros este epitafio. Y literalmente con lágrimas en los ojos os ruego que dediquéis un momento, una oración, un brindis o lo que mas os plazca a la memoria de este hombre que fue uno de mis maestros.

Por Manolo Turrero R.I.P.

Gracias."

 Por Oscar Torres: (Maestro de Esgrima) Noviembre 2008

"Yo tuve el privilegio de conocerle, aunque sólo de las veces que entre en su tienda a comprarme algún "hierro". Ojalá hubiera podido aprender más con él".


Por  Adolfo Bernalte: (Investigador  Coleccionista) Noviembre 2008

"Como ha dicho José, hoy nos hemos levantado con la triste realidad de que nuestro amigo Manolo nos dejaba para siempre, y se ha ido como vivió, sin hacer ruido, con la prudencia que durante todos estos años que hace que le conozco le ha caracterizado.

Manolo ha sido una institución en el Rastro Madrileño. Es uno de los pocos abuelos que quedan en tan castizo mercado. Montando día a día su tenderete, he aprendido junto a él, desde que siendo yo apenas un chaval tuve el honor y privilegio de conocerle. Fue la primera persona que me enseño a distinguir las piezas buenas de las malas, y muchas otras cosas que merecerían un capítulo entero. No sólo nos ha enseñado a nosotros, hubo otra generación anterior que también tuvo el privilegio de aprender con él, como así lo atestiguan algunas de las dedicatorias que en algunos libros del oficio he podido leer.

Como coleccionista le debemos algunas "joyas" que hoy engrandecen nuestras colecciones, pero la mayor de todas ellas, ha sido tratarle durante todos estos años, vanagloriarme de su amistad...

En fín, es difícil intentar resumir en unas pocas palabras tantas cosas vividas.

Desde aquí y como hemos hecho en otras ocasiones con los "Grandes Maestros" que nos han dejado, dedico esta pequeña reflexión a mi amigo Manolo, que desde donde esté nos siga enseñando.

Descansa Amigo..."


Manuel Turrero con el Autor. 2008


 

Por Marc Gener: (Investigador Csic) Noviembre 2008

"Yo lo pillé tarde. La vida es lo que tiene, no respeta nada. Sin embargo, al amparo de Manolo Turrero y su tienda se criaron las últimas generaciones de coleccionistas de arma blanca, entre otras cosas. No se podría concebir el mundillo tal y como es ahora sin él. Yo que me introduje levemente en los círculos madrileños, me daba de bruces con él o con su sombra a cada paso. "¿ Y esta maravillas? ¿De donde la has sacado?" "Manolo" "Ah Claro". Así de engranado estaba el tejido de la afición 

Con Manolo, con el maestro Turrero, se va no sólo una institución en el mundo del coleccionismo, sino también parte del viejo espíritu del Rastro, que, para lo bueno y para lo malo, personifica de una manera muy especial como son las cosas en Madrid. 

Con su partida, las cosas ya no serán nunca iguales, a muchos, muchos niveles.

Un brindis y un saludo, Maestro. Se le echará de menos."

 

Por Juanjo Pérez: (Investigador Coleccionista) Noviembre 2008

"A mí me sucedió algo similar a lo de Marc. Llegué algo tarde, pero no se ha ido sin que visitase en bastantes ocasiones su tienda, alguna muy reciente. Tenía algo mágico, dentro del ritual que para mi suponía recorrer la Ribera de Curtidores -con paradas casi fijas en las diferentes tiendas que algo tenían o podían tener que ver con el mundo de las espada- entrar en su pequeño rastro dentro del Rastro. Revolver por los hierros, ojo avizor por si algo asomaba. En los últimos tiempos, las posibilidades de desempolvar roperas eran remotas pero algo siempre podía salir. La promesa siempre estaba ahí.

¿Puedo pasar a echar un vistazo? - Adelante, joven, mire usted lo que quiera- fórmula que era parte indispensable de este ritual. Si no fuese por Ella, la inevitable, Manolo seguiría en su puerta siempre.

Turrero ha muerto. El Rastro se muere."


Por Adolfo Bernalte: Noviembre 2008

En la Crónica "El Rastro y los Coleccionistas" de d. Ricardo Donoso Cortés y Mesonero Romanos podemos leer:

"Manolo Turrero nace y vive en el Rastro. Ayuda a su padre en la venta de telas y desde hace veinte años se dedica a la armas antiguas y reproducidas, hierro, mucho hierro, principalmente planchas que tiene por millares, cerraduras, cadenas, cuchillos, cerrojos, rejas y también piezas de bronce como campanas y morteros.

Manolo y Miguel su cuñado, son buenos amigos, muy conocidos en el Rastro. Es curioso ver como al final de la mañana entran los que han tenido puesto y tienen que marchar, para que les compre lo que no han conseguido ellos vender. Un movimiento continuo de entradas y salidas dificulta la conversación, por lo que hay que optar por dejarles que hagan tranquilos sus operaciones mercantiles. Mañana veremos con mejores ojos, lo que no supimos ver en los puestos..."

 

En la Obra "El Rastro" de d. Ramón Gómez de la Serna, que aunque publicada casi una década antes de que naciera nuestro querido Manolo, resume perfectamente, lo que de de alguna manera tanto José, como Juanjo, Marc y Yo mismo os hemos querido transmitir:

"...Hay Espadas de todas clases con inscripciones en la hoja, alguna en latín, alguna de una fanfarronería caballeresca indigna de recordarse...Hay feas espadas de guarnición, de antigua y amanerada forma, que no se sabe quien se llevará, porque son feas para matar dada su forma reglamentaria. su aspecto militar y disciplinado... ¿esperarán quizá una guerra civil, quedas, envainadas afiladas siempre?. Hubo entre todas unas altas y formidables espadas que vivieron mucho tiempo en un rincón obscuro y disimulado, unos grandes espadones llenos de prestigio y alcurnia como los que en vitrinas de museo lucen su ejemplaridad. Siempre entraba hasta el fondo de aquel chamizo para verlas, para comprobar su constancia y entereza, su excepción y cogerlas en vilo un momento y sentir la tentación de comprarlas, cuando un día desaparecieron al fin. Entonces sentí todo lo irreparable del caso y como debí quedarme con aquellos espadones de museo, heroicos, recios, verdaderos, las armas más señoriales y enterizas del Rastro..."

"Esta Reflexión que hace Gómez de la Serna, y aprovechando la cita de Juanjo "El Rastro se Muere" debería hacernos pensar, pues al igual que los espadones se perdieron, nosotros estamos a punto de perder una institución única en el mundo, y no me refiero a un simple mercadillo que los hay en cualquier punto del orbe, sino de una institución, un fenómeno social el cual está francamente en peligro de extinción. Por eso desde aquí os invito a que cuando paseéis por las calles del Rastro os detengáis a mirar, os detengáis a aprender, hablad con los pocos "abuelos" que aún habitan tan extraordinario ecosistema. Personas como Telesforo que con casi un siglo de vida le veréis día a día con un cristal en la mano quitando el barniz a los muebles mientras os cuenta como hizo el servicio militar en el recién creado Arma de Aviación. Como Isidoro que con casi ochenta años sigue trapicheando con sus hierros, deseando contaros alguna historia interesante como que las gallinas y otros animales de granja corrían por la Ribera de Curtidores hace 60 años, o como Manolo que recientemente en nuestras charlas matutinas me contaba como en uno de los bombardeos durante la Guerra Civil, cayó un bomba enfrente e su tienda y no explotó, y allí pasó varios días hasta que la retiraron...

Disfrutad de ese Rastro o lamentaréis su pérdida mucho antes de lo que creemos, como le pasó a Gómez de la Serna con sus espadones..."


Abril 2024

Hoy he vuelto a ver a mi gran amigo Miguel (cuñado de Turrero), y último de esa antigua dinastía de "abuelos" a la que hacía mención líneas atrás.

Con sus 89 años, recorre con ojos de experto cada domingo los puestos del rastro, en busca del pequeño tesoro al que más tarde dará forma en su tallercito por el simple placer de hacerlo, de seguir haciéndolo...

Miguel Sánchez con el autor, Abril de 2024


Sin duda todos estos "maestros" merecerían un artículo mucho más extenso y dedicado, pero hoy tan sólo quiero traerlos un poco a la memoria...

Dedicado a Manolo, Lucio, Isidoro, Telesforo, Paquita, Ginés y tantos otros que ya no están, y por supuesto a Miguel y Pedro que nos duren muchos años más...